Aunque la ecografía es una prueba diagnóstica usada en otras especialidades como la ginecología o la cardiología desde hace más de 40 años, hoy en día seguimos siendo pocos los traumatólogos que las realizamos de forma habitual en nuestra propia consulta.

En mi práctica diaria la ecografía es una herramienta imprescindible ya que me permite el diagnóstico en directo y en la primera visita de gran número de patologías (tendinosas, ligamentosas, nerviosas, etc…) además me permite mostrar al propio paciente observar la lesión con la explicación adecuada y ver la evolución de esta conforme avanza el tratamiento. En muchas ocasiones, además, permite evitar otras pruebas más costosas o incluso dolorosas. 

Por otra parte, cuando es necesario, me permite realizar infiltraciones ecoguiadas pudiendo realizar el tratamiento sobre la estructura o la articulación precisa en la misma primera visita y sin lugar a dudas que el tratamiento llega a donde debe llegar y de una forma mucho menos dolorosa que si la infiltración se realiza por simple palpación.

En muchas ocasiones las infiltraciones realizadas sin control ecográfico no son efectivas simplemente porque el fármaco no llega a la estructura a tratar… es decir… simplemente se queda por el camino o no acierta a la estructura que esta afectada.