Evitar la cirugía y personalizar el tratamiento
Si bien la cirugía es la razón de ser de un cirujano…creo que es importante reservarla cuando no hay más remedio. Es evidente que muchas lesiones y patologías sólo pueden solucionarse mediante una intervención quirúrgica, sin embargo otras muchas se pueden salvar de ir a quirófano con métodos no quirúrgicos…o al menos intentarlo.
En muchas ocasiones podemos solucionar lesiones mediante técnicas no quirúrgicas como infiltraciones, férulas, rehabilitación etc…
Un ejemplo muy frecuente es la artrosis de la base del pulgar o rizartrosis, una patología muy prevalente sobre todo en mujeres a partir de los 50 años. Pues bien, en un 80% de los pacientes se puede conseguir una importante mejora de los síntomas durante meses o hasta un año con una simple infiltración guiada por ecografía.
Existen muchas técnicas quirúrgicas para tratar la rizartrosis. Nosotros las reservamos para aquellos pacientes que no mejoran de sus síntomas con el tratamiento no quirúrgico y que representan más o menos al 20% de los pacientes en nuestra experiencia.
A la hora de indicar un tratamiento es necesario personalizar al máximo, es decir, elegir el tratamiento más “a medida” para cada paciente. Para ello es necesario tener en consideración muchos factores que dependen del propio paciente y sus circunstancias. No es la misma lesión en la mano de un trabajador manual que requiere realizar actividad de fuerza durante muchas horas al día o en la mano de una persona que realiza un trabajo no manual. Tampoco es la misma mano la de una persona jubilada que dedica su tiempo a leer o pasear o la que encadena cursos de restauración de muebles o disfruta haciendo bricolaje.
Es importante recoger en la historia del paciente no sólo qué se ha hecho y cómo se lo ha hecho…hay que saber a que se dedica, que le gusta hacer, con quien vive, si tiene personas dependientes a su cargo (bebes, personas mayores o dependientes…) como es su situación laboral….en fin, todos aquellos detalles que hacen que nuestras vidas y nuestras necesidades sean muy diferentes.
Al fin y al cabo…si todos somos diferentes, los tratamientos no pueden ser igual para todos.